La pesquería de elasmobranquios es fuente importante de empleo y alimentos para muchas comunidades costeras de Baja california Sur, las regulaciones pesqueras traen consigo repercusiones económicas que hasta el momento son poco conocidas, por lo que el objetivo de este trabajo fue generar información sobre dichas repercusiones para los pescadores de la costa occidental del estado y aportar así, bases para la toma de decisiones de manejo. Se revisó una base de datos biológico pesqueros de 2000 a 2010 en la zona y se determinó que son cuatro las especies que componen el 81% de las capturas de tiburones en el área y tres especies que conforman el 82% de las capturas de batoideos. La veda de tiburón busca proteger las temporadas reproductivas de las especies que se aprovechan en las costas de México, de las siete principales especies que conforman las capturadas en la zona, cuatro coinciden con la temporada determinada para este fin en su totalidad y las demás lo hacen parcialmente. Con información de avisos de arribo de 1998 a 2006 se determinó que existen dos temporadas bien definidas en la pesca de tiburones anual, una alta de abril a agosto y una baja de septiembre a febrero y que marzo en es un amortiguador entre ambas. Se realizaron encuestas a cuatro comunidades pesqueras de BCS (promedio 25/localidad) se determinó que los usuarios de este recurso son de nivel económico bajo con un sentido alto de arraigo e identidad hacia la actividad pesquera y hacia las comunidades en donde viven. La extracción de tiburones es una actividad con un rendimiento económico de $3220.1 en temporada alta y $312.7 en temporada baja en el área de estudio. La dependencia económica de quienes extraen estos recursos llega a ser hasta de un 90% en temporada alta y entre 25% y 35% en temporada baja.

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