Resumen:
Se espera que "El Niño se forme y continúe durante el invierno 2018-2019 (probabilidad de ~80%) y la primavera (probabilidad 55-60%) del Hemisferio Norte". En este sentido, características tales como ubicuidad, frecuencia y riqueza taxonómica, que describen a algunos géneros del fitoplancton, pueden actuar como indicadores ecológicos para monitoreas la variabilidad climática del océano. Sin embargo para entender el efecto ecológico relacionado con estos eventos, es fundamental definir la línea base de conocimiento del ecosistema estudiado, estableciendo los valores característicos de productividad primaria y el nutriente limitante, abundancia y composición de los productores primarios, así como las variables ambientales que los regulan. En el caso de la variabilidad climática las heces de ballenas nos dan la oportunidad de explorar tanto la variabilidad del clima como el cambio ambiental. Una serie de heces podría servir como un indicador del transporte eólico de polvo atmosférico de origen terrígeno basado en la cuantificación de los elementos (e.g., aluminio y elementos traza) depositados en la superficie del océano, a través de la alimentación de ballenas que probablemente ingieren zooplancton simultáneamente al polvo suspendido cuando filtran grandes cantidades de agua y que finalmente sale a través del tracto digestivo incorporado en las heces. Para el caso del establecimiento de la limitación de nutrientes y debido a la escasa información disponible para la región del Parque Marino Bahía de Loreto, se propone contrastarla con la Bahía de Ohuira, Sinaloa, ubicada en el extremo este del golfo, un sitio altamente impactado por actividades antropogénicas.