Resumen:
La actividad turística en la Península de Yucatán ha incrementado continuamente, en el año de 2006 con 6 millones de turistas a 18 millones en 2017. En Bahía de Akumal, sitio donde se permite el buceo con la población más importante de juveniles de tortuga verde del Caribe y declarada zona de refugio de especies marinas protegidas, el número de buceos de 4000 en 2011 incrementó a casi 22000 en 2014, no se cuenta con datos más actualizados, pero estas evidencias de actividad turística indican el uso intensivo de estos ecosistemas costeros. Ecosistemas marinos caracterizados por condiciones oligotróficas, donde el contenido de elementos esenciales nitrógeno (N) y fosforo (P) son limitantes, lo que impide una alta productividad primaria, la cual es dominada por el pasto marino Thalassia testudinum, alimento principal de la tortuga verde. En el Caribe mexicano, las descargas de aguas subterráneas (DAS) son las responsables del aporte de nitrógeno inorgánico disuelto (NID), donde la concentración del NID es típicamente <1 µM. Sin embargo, la trazabilidad del NID es difícil de evaluar debido al carácter puntual y difusivo de las DAS que ocasionan una gran variabilidad en la concentración de NID en el mismo sitio y época de muestreo. La utilización de bioindicadores, como los pastos marinos, es una herramienta emergente para detectar y estimar cambios ambientales asociados a procesos naturales y antropogénicos en estos ecosistemas. Las hojas de los pastos marinos tienen bajo contenido de N y P (1.8-2.2% y 0.13-0.19% masa seca). Por lo que cualquier aporte de N y P de origen antropogénico puede ocasionar un desequilibrio en la estequiometria del N:P y fraccionamiento isotópico del N en las hojas de los pastos marinos. Esto tendría como consecuencias el deterioro de los servicios ecológicos y turísticos que proporcionan los ambientes costeros del Caribe mexicano.