Resumen:
Las poblaciones globales de condrictios (tiburones, rayas y quimeras) han sido explotadas a sus niveles históricos más altos. El aumento de la explotación de este grupo es especialmente alarmante porque muchos aspectos de su biología: longevidad elevada, crecimiento lento, fecundidad baja y edad de primera madurez tardía, limitan su capacidad para mantener la presión por pesca o para recuperarse de una sobreexplotación. Así mismo, durante los últimos 30 años las tendencias de las estadísticas de pesca, el incremento de las flotas pesqueras, el colapso de algunas pesquerías, la incidencia sobre niveles tróficos basales en los ecosistemas marinos, han evidenciado la necesidad de generar medidas de manejo y control sobre la explotación de los recursos marinos. Esta preocupación creciente por el incremento de las capturas y el comercio internacional de tiburones y sus posibles efectos negativos sobre las poblaciones de estas especies, motivó que en 1994, en la Novena Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), adoptara la resolución 9.17 sobre el ¿Estatus biológico y comercial de los tiburones¿, solicitando a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), a los Estados parte de CITES y a los Organismos Regionales de Ordenación Pesquera, que establecieran programas para la recolección y evaluación de datos biológicos y de comercialización de las especies de tiburones. En México, la producción de tiburones y rayas ha ocupado en los últimos años alrededor del décimo lugar, considerando inclusive a los recursos pesqueros para
consumo humano indirecto y para uso industrial. Sin embargo, de acuerdo con investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de la Pesca, aproximadamente el 50% de la producción de especies de peces cartilaginosos de importancia comercial de la pesca artesanal está integrada por organismos inmaduros. Para las rayas se reconocen en aguas de jurisdicción federal aproximadamente 85 especies, de las cuales 37 tienen importancia comercial, siendo las más
representativas por su presencia y valor en el mercado las especies de las familias: Dasyatidae, Myliobatidae,
Rhinopteridae, Rhinobatidae y Gymnuridae. Debido a las características biológicas de estos recursos (baja fecundidad y
largo periodo de gestación (que determinan su escaso potencial reproductivo); bajo ritmo de crecimiento y gran
longevidad (que determinan bajas tasas de crecimiento poblacional); las relaciones entre la población disponible a pesca y el reclutamiento; su compleja estructura espacial (por tamaños y segregación por sexos) y los prolongados periodos de reacción a los efectos de las medidas de ordenación, los tiburones y rayas requieren ser explotados a partir de puntos de referencia biológicos que varían por especie o por grupos de especies. Debido a las características biológicas de estos recursos (baja fecundidad y largo periodo de gestación (que determinan su escaso potencial reproductivo); bajo ritmo de crecimiento y gran longevidad (que determinan bajas tasas de crecimiento poblacional); las relaciones entre la población disponible a pesca y el reclutamiento; su compleja estructura espacial (por tamaños y segregación por sexos) y los prolongados periodos de reacción a los efectos de las medidas de ordenación, los tiburones y rayas requieren ser
explotados a partir de puntos de referencia biológicos que varían por especie o por grupos de especies. Por tal motivo es
indispensable que las regulaciones consideren estos elementos y se orienten a mejorar el conocimiento de las poblaciones
de tiburones y rayas y de los niveles de explotación regional por especie. Por lo tanto, la presente propuesta es de gran relevancia ya que nos permitirá obtener los elementos necesarios para desarrollar modelos demográficos integrales, en los cuales se incluyan aspectos de los ciclos reproductivos de las especies, su fecundidad, las tallas de primera madurez, los FONDOS CONACyT.