Resumen:
Las playas de arena son ambientes en donde los intentos de planes de conservación a menudo son impedidos por la carencia de información espacial y temporal de los valores ecológicos a proteger. Cada playa tiene características biológicas y físicas particulares que muchas veces son desconocidas. Esta situación ha llevado al deterioro del sistema y a la pérdida de especies y ambientes. La fisiografía litoral, las mareas y el viento las afectan e influyen sobre los recursos que sostienen. En las playas arenosas protegidas (dentro de bahías y puertos) la abundancia individual y número de especies total varían marcadamente dependiendo del grado de protección. El estudio científico de las playas protegidas recién inicia, aunque los primeros trabajos muestran que es necesario caracterizar y cuantificar a fondo el bentos, pues es la biota residente de este tipo de sistemas. Balandra es un puerto natural con alta biodiversidad bentónica (Domínguez y Tripp 1997, Torres 2010) y existen 6 playas arenosas en sus costados lo que ofrece la oportunidad de conocer acerca de las variaciones entre playas en una misma zona y aportar así conocimiento ecológico básico para el manejo de playas protegidas en México y a nivel mundial. Por ello mensualmente durante un año se realizarán la caracterización física y biológica con muestreos en campo. En el segundo se llevará a cabo la cuantificación física y biológica, calculando las variaciones y las diferencias espaciales y mensuales con pruebas comunitarias multivariadas (ordenación y clasificación).