Resumen:
El impacto de la contingencia del COVID19 sobre el sector pesquero no está vinculada a la capacidad de producción de los recursos, sino al desempeño socio-económico de la pesca. Las estrategias de confinamiento social trajeron consigo la contracción de las actividades de captura, procesamiento y distribución; comercialización, transporte y consumo. La pregunta es ¿de que magnitud es el efecto? ¿como contender con él favoreciendo la resiliencia socioeconómica? Evidentemente estas respuestas están fuertemente asociadas a las condiciones sociales y de bienestar humano de cada región del país. El pescador del Golfo de Tehuantepec no dispone de infraestructura para conservar producto. El intermediario aporta parte de esta infraestructura, haciendo al pescador dependiente ya que se convierte en el único vínculo para comercializar los productos. En la región noroeste de México, el panorama es totalmente diferente. Existe infraestructura de conservación y procesamiento tal que el producto puede ser retenido para su posterior venta e incluso para esperar mejores condiciones de mercado. En este contexto el efecto del confinamiento debido al COVID19 es diferencial en estas regiones, pero se desconoce en que magnitud. Así mismo, una vez que empiezan a reactivarse las actividades económicas, se asume que la capacidad de respuesta será también diferente. El propósito del proyecto es caracterizar el comportamiento del sector de pesca ribereña de dos regiones socialmente contrastantes con el objeto de identificar elementos a considerar a nivel de política pública para contrarrestar, no solo los efectos del COVID19, sino para promover la sustentabilidad y desarrollo. Teniendo este conocimiento como base se diseñará un proyecto de investigación sobre el tema, pero a nivel nacional y con resolución espacial.